Vendes, entregas, facturas… pero nunca tienes dinero suficiente para crecer.
Si esto te suena familiar, no estás sola. Muchas emprendedoras enfrentan este mismo dilema: el negocio parece moverse, pero al revisar la cuenta, los números no alcanzan. ¿Por qué? Porque no es lo mismo tener ventas que tener flujo de efectivo.
¿Qué es el flujo de efectivo y por qué es tan importante?
El flujo de efectivo (o cash flow) es el movimiento de dinero que entra y sale de tu negocio en un periodo determinado. No es cuánto vendes, sino cuánto efectivo real tienes disponible para operar, pagar gastos, invertir o crecer.
Un negocio puede tener muchas ventas, pero si ese dinero no entra a tiempo (por pagos diferidos, clientes morosos o gastos descontrolados), puedes quedarte sin liquidez… y sin margen de maniobra.
Flujo de efectivo positivo = Tienes más dinero entrando que saliendo.
Flujo de efectivo negativo = Tienes más dinero saliendo que entrando.
¿Qué señales indican que tienes un problema de flujo?
- No puedes cubrir gastos fijos aunque vendas bien.
- Te atrasas en pagos a proveedores.
- No puedes darte un sueldo constante.
- Tienes que recurrir a préstamos o tarjetas para cubrir la operación.
- Te cuesta invertir en crecimiento o en nuevas oportunidades.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu flujo de efectivo?
Aquí van algunas acciones simples pero efectivas:
1. Haz una radiografía de tu flujo de efectivo
Revisa mes a mes cuánto dinero entra (ventas, pagos) y cuánto sale (rentas, nómina, compras, impuestos). Así sabrás en qué meses estás más ajustada y podrás anticiparte.
Puedes apoyarte en herramientas de consulta como Edufin de BBVA para aprender a hacer este análisis.
2. Acelera tus cobros
Ofrece descuentos por pronto pago o pide adelantos para pedidos grandes. Entre más rápido entre el dinero, mejor fluye tu negocio.
3. Negocia tus pagos
Habla con tus proveedoras para extender plazos sin afectar la relación. La clave es sincronizar lo que entra con lo que sale.
4. Evita gastos innecesarios
Revisa si estás pagando por cosas que no necesitas o que podrías optimizar. A veces lo que ahorras en pequeñas cosas suma muchísimo a fin de mes.
5. Ten un fondo de emergencia
Si puedes guardar un porcentaje fijo cada mes, crearás un colchón que te ayudará a no caer en números rojos cuando haya meses bajos.
Tener un negocio saludable no se trata solo de vender más, sino de saber administrar tu dinero con inteligencia y visión a largo plazo.
Si quieres seguir fortaleciendo tus decisiones financieras, te recomendamos explorar los recursos gratuitos que tiene BBVA para ti.